En una de mis columnas de este blog, escribí sobre la importancia de la reforma tributaria para evitar la pérdida del grado de inversión y quienes desconocen este tema, decían que no era el momento para presentar una reforma tributaria y me preguntaba yo, entonces, ¿cuál es el momento preciso?
Veámoslo de esta manera, en nuestra empresa la situación financiera es crítica, porque en el año 2018 se presentó un déficit y en ese momento las deudas de la empresa para con los bancos eran excesivas. La gerencia debía replantear el manejo que se le estaba dando a las finanzas porque algunos bancos, a los que se les debía mucho dinero, condicionaban a la empresa con embargos y procesos de cobro jurídico, sin embargo, en Covinoc no había reporte de gran riesgo, mientras se pensaban los posibles replanteamientos, llegó la pandemia en 2020 y para evitar que la empresa llegará a la quiebra total, se pidieron más créditos, se pidió ayuda a terceros y se sacaron las provisiones que la empresa tenía, siendo así, ¿no era ese el momento para iniciar la reestructuración de las finanzas de la empresa?, o mejor esperar a que los bancos iniciaran los procesos jurídicos y con ellos la debacle.
En este párrafo anterior léase 2018 con el balance que deja el gobierno saliente, con la deuda externa triplicada, con la sentencia de las calificadoras de grado de inversión castigadas, pero no pérdidas, con futuros presupuestales comprometidos (Covinoc), pero con la posibilidad de seguir funcionado; en pandemia el gobierno debe recurrir a los fondos especiales (reservas), de igual manera a aumentar la deuda externa para los auxilios (PAEF, etc.) y nos prestaron ese dinero porque con la calificación existente los intereses eran aceptables, pero las calificadoras condicionaron la pérdida del grado de inversión que quedaba, a una reforma tributaria que demuestre que el país (la empresa) puede conseguir los recursos para cumplir con los pagos de los créditos, entonces, ¿no era ese el momento de presentar la reforma tributaria?, por supuesto que si, pero pidieron echar atrás el proyecto y así se hizo con marchas y terrorismo agrandaron el hueco que con la reforma tributaria se quería medio cubrir. En conclusión, no se cumplió con la exigencia de las calificadoras y por supuesto que sí cumplieron y perdimos el grado de inversión, léase Covinoc nos tiene como empresa no fiable para prestarle dinero, es decir, el país entra en la categoría de grado de no inversión especulativo para los estándares de las calificadoras.
Los efectos de la pérdida del grado de inversión en Colombia son: el aumento en la tasa de cambio devaluando el peso frente al dólar, debemos recordar que la deuda externa está en dólares, además, se viene una mayor devaluación de nuestra moneda, el peso colombiano, tendremos el aumento en la prima de riesgo del país, las tasas se incrementarán afectandonos en términos económicos pues tendremos una deuda más costosa para personas naturales y jurídicas, reduciendo de esta manera las opciones que el país pueda tener para su financiación, también genera que las empresas extranjeras que invierten en el país y generan empleo, se retiren de nuestra economía motivando a la disminución de la inversión extranjera y aumentando el desempleo, también se expone el mercado a los inversionistas, se volatiliza el TES y el tipo de cambio, de igual manera, y esto es muy delicado, se aumenta el costo del financiamiento del sector privado, y todo esto a largo plazo va a ocasionar que la recuperación de la economía no sea pronta ni fácil, generando que el PIB crezca por debajo de lo esperado.
Queda alguna duda del ¿por qué la reforma tributaria ya debió haberse aprobado? Sentido común.

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