He estado analizando la reforma tributaria, su conveniencia o no, y realmente hay tres aspectos muy importantes a tener en cuenta y estos son: a) La exigencia de la calificadora de riesgo, la última que nos queda, y perderla sería un gran inconveniente para nuestra economía. b) La recuperación de la economía fiscal que viene en caída desde el gobierno anterior y con la pandemia se acrecentó. c) La recuperación de la economía, refiriéndose a la de los comerciantes y de la gente del común.
Aquí aparece la primera esquina del círculo, las calificadoras de riesgo exigen una reforma tributaria o como la queramos llamar, para evitar perder la última calificación que nos queda y esto implicaría que si la perdemos, los intereses de la deuda externa se disparan y por ende con el efecto dominó afectaría de manera muy importante la economía interna, esto quiere decir que esa reforma es indispensable hacerla, pero ¿cómo?, una opción es aumentar los impuestos y con el aumento de los impuestos podríamos superar el déficit fiscal que trae nuestra economía fiscal, porque como sabemos los gastos exorbitantes del gobierno anterior, más los gastos de la pandemia salieron de los fondos de reservas que tenía el estado y de los préstamos internacionales que se solicitaron, es decir, se incrementó la deuda externa y todo esto se recupera es con ingresos por impuestos, aumentar los impuestos va a permitir que el gobierno reciba más ingresos para cubrir el presupuesto nacional y el pago de intereses de los préstamos o deuda externa.
Aquí es en donde le nace la otra esquina al círculo, porque si se aumentan los impuestos en esta situación post pandemia, cuando los empresarios han tenido que recurrir a los ahorros para evitar que sus empresas quiebren y muchos los gastaron y no lograron mantener vivas sus empresas, situación en que los empleados por contrato laboral y por servicios han disminuido sus ingresos durante el año 2020 y lo que ha pasado del 2021, y la capacidad de compra se ha reducido en grandes proporciones, y si disminuye la capacidad de compra, de pierde la capacidad de ahorro y los ingresos siguen estando por debajo de los precios de los productos que han venido aumentando normalmente, entonces, tanto empresario grandes y pequeños, industriales, microempresarios, etc. quienes en traen una carga de impuestos de alrededor del 75% (quiere decir que sus utilidades las reparten entre el gobierno un 75% y el 25% para la empresa), los capitalistas grandes, medianos, pequeños, los trabajadores independientes y por contrato laboral de dónde van a sacar dinero para pagar los impuestos normales más los adicionales, generando más bien deudas con el estado con los intereses que cobra la DIAN y la SHD, lo que implica que no habría recuperación de la economía nacional.
La tercera esquina es que si no hay incremento de impuestos no hay recuperación de la economía fiscal, no se podría superar el déficit fiscal que también afecta la economía interna, porque sin presupuesto un país no es viable, sin calificación es más complicado superar la crisis económica, pero con la imposición de impuestos la economía no crecería, porque suben los precios de los productos, pero no habría quien los comprara, lo que implica que la industria y la empresa en general tendría que trabajar a media máquina y esto nos lleva a aumentar el desempleo en nuestro país, ahora un paliativo sería la disminución del gasto del estado disminuyendo congresistas, ministerios etc. pero sin la generación de impuestos no tendría sentido.
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