Revisando las redes y los informes económicos me he encontrado con muchas curiosidades, con cosas tontas y sabias, en eso me encontré un zoológico que afecta nuestra economía y se trata de tres de dos animales y uno que ni es animal, se llama hormiga y es muy conocido en tierra caliente y sobre todo en las empresas y en los hogares, el otro muy famoso en nuestra historia por los virus, en el cine y particularmente los 31 de octubre y se llama vampiro y por último el que no es animal, pero tampoco lo es, muy conocido por los sustos que ocasionan a los incrédulos y se llama fantasma.
Estos son muy dañinos particularmente especializados en generar unos tremendos agujeros en nuestro marrano (alcancía), en nuestros bolsillos y alcanzan a perforar las cajas fuertes en donde el banco guarda nuestros dineros y conocerlos nos permite diferenciar un gasto de una inversión.
Empecemos por el más conocido en nuestra economía y es el llamado HORMIGA, es el que muchas veces hacemos inconscientemente o por falta de consciencia y planeación, y como muchos sabemos es el que por pandemia se ha disminuido, representado en el tinto, el cigarrillo, la empanada, parqueaderos por salidas innecesarias, el postre por capricho, el taxi por pereza de coger Transmilenio, el almuerzo gourmet entre semana, la invitación al amigo, el aguardiente o whisky por simple gusto, la compra del celular mas bonito y con mejor cámara para solo leer los correos y las redes sociales teniendo el celular que es suficiente, o el reloj más caro y bonito que el que tengo para ver la misma hora en el mismo momento, la película polarizadora más oscura que la que tengo para mi carro, el paseo a la costa o a un pueblo cuando tengo otros compromisos.
Vamos con los gastos VAMPIRO que son los que en el momento no lo sentimos, es asintomático, pero en casa o en la empresa todos están contagiados y como el covid son casi imperceptibles y como el fantasma casi invisible y sus secuelas solo se ven cuando llegan las facturas y estos son dejar prendidas las luces con el recinto vacío, dejar encendidos los televisores para que los muros en su soledad puedan ver, dejar conectados los cargadores luego de quedar el celular o la Tablet o el portátil al 100%, la jabonada de manos o cepillada de dientes, lavada de loza o afeitada con el agua fluyendo al ritmo del cepillo o de la máquina de afeitar o del jabón, el uso de los datos para tareas inoficiosas, luego de servir el tinto o la comida, dejar el fogón encendido para que el ambiente no se enfríe.
Ahora terminamos con aquel que nos asusta cuando nos llega la tarjeta de crédito o la factura y hablo de los FANTASMAS que son aquellos por obvias razones, casi invisibles y que la reacción al ver un fantasma verdadero es la misma y la misma expresión cuando llega la factura de gastos como aquella suscripción a una plataforma digital por divertirme o por hobby o por una buena intención pero que no le doy el uso adecuado ni, la compra de una aplicación que no nos genera ninguna utilidad, la suscripción a una revista o periódico que solo vemos cuando llega la factura o el cobro, o el más olímpico que es pagar un mercado económico a tres cuotas o más, y por supuesto aquellas compras con tarjeta a muchas cuotas y de cosas que no son indispensables.
Para protegernos de estos males debemos adquirir conciencia del dinero, valorar y darle utilidad a lo que tenemos, planear las compras y mes a mes tomar el extracto, las facturas y hacer caja para poder sumar estos gastos y tomar decisiones, simple. Más sentido común.

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